
A los 78 años, el salvaje de Detroit, brindó una show candente, eléctrico, con una banda que estaba a la altura de la ferocidad del frontman.
por FACUNDO MUÑOZ
Llego a Movistar Arena caminando, estoy viviendo a 5 cuadras del recinto, cuando me aproximo, ya veo remeras negras, pantalones bomibillines negros, mucha barba, mucho mas 35, en la atmósfera se respira que algun caldo de cultivo se esta armando, como una espcie de clima electrizado en el aire. Ya en los kioscos de la zona voy por
alguna golosina y en los parlantes bluetooth puestos en la vereda como una especie de imán atractivo, suena Beside of you del legendario IGGY POP, estoy en clima, toca la iguana de detroit esta noche .

Luego de unos pocos minutos ya estoy en el campo del despampanante estadio y veo un escenario a lo lejos con una tela blanca de fondo, todo listo para que arranque el show. Pasadas las 21.15 las luces se apagan, empiezan los gritos,, sube la banda de 7 músicos y al instante ya están sonando poderosamente. En cuestión de segundos entra como un demonio corriendo al escenario IGGY, con una chaleco negro que se desprende, revolea y que vaticina lo que será una noche electrizante,de punk rock o rock and roll, como mas te guste.
La banda, afiladisima, abre la velada con “Tv. Eye”,prosiguen “Raw power ” y “I got a right”, estamos ante la víspera de lo que será un show histórico, el legendario músico no para de ir y venir con su torso desnudo, que llevan las marcas de sus más de 50 años de escenarios, un cuerpo feroz,con más de mil batallas es sus huesos y eso lo notamos, notamos que estamos siendo artífices de una leyenda del rock mundial, de un ser humano que imanta con su físico arrugado, su cabellera intacta ( la misma de hace 30 años) a la que se le suma el problema motriz que el legendario frontman carga en su pierna izquierda, todo es un espectáculo atractivo, los acordes furiosos,la voz de IGGY, la marea humana enloquecida, todo es un gran show de rock and roll.
Del amplificador de guitarra Orange, cuelga una camiseta argentina, por delante de esa imagen la guitarrista Ale Campos (padres argentinos, exiliados en Miami, durante la dictadura) sacude su melena y sonríe. Será el propio IGGY quien luego de un puñado de canciones aparecerá con la camiseta nacional y el número 10 en su espalda, al son del “ole, ole, ole IGGY IGGY!!!), La lista de temas ( más de 15 canciones) conformada por clásicos como “The passenger”, “Lust for life”, “I wanna be your dog”, reafirman la calidad sonora de la banda y la voz intacta de un IGGY, al que pareciera que los años le sientan muy bien, aunque sabemos que esta podría ser su última gira.
Pasados los primeros 5 temas de la banda, el cantante hace un intento por bajar al público de adelante, y lo logra a duras penas, para luego ser “resctadado” por dos asistentes que lo devolvieron al escenario y si, la iguana es hiperquinético, salvaje, voraz, es un hombre mayor en estado de rock constante, en estado de ebullición constante, una fiera indomable al que el paso de los años, no lo condicionan para seguir siendo ese músico venal que lo caracterizó desde siempre y que lo va a catapultar para siempre, como una leyenda viva del rock and roll y como parte de la gran historia de la música de todos los tiempos.

Estamos ante el fuego de un “vetarano de guerra”, a esta hora el estadio es una gran fogata de voces enloquecidas, vibrando al son de cada uno los movimientos de la iguana, una banda super afiladisima que no dejó lugar a especulaciones, dos guitarra, un bajo, una batería, una tecladista y dos vientos acompañan al viejo demonio en su cabalgata de riffs y canciones históricas, como una fiera salvaje, el señor, va y viene, saludando a las gradas de los costados, interactuando entre canción y canción con el público presente. La noche tuvo la particularidad de tener de invitado a Gaspar Benegas(Los fundamentalistas del aire acondicionado) y no muchas más sorpresas.
El 12 de septiembre de 2025 va a quedar en la historia de las miles de almas, que vimos quizás la última detonación de esta bomba musical llamada IGGY POP, la leyenda de viva del punk rock, un frontman único e irremplazable que lleva en su particular torso, las marcas de haber creado un estilo propio, de una vida salvaje, de excesos, de canciones y performances, una vida al límite que anoche en el MOVISTAR de Villa Crespo, nos brindó un puñado de arrolladoras y convulsionadas canciones de todos los tiempos, que van a perdurar aunque el viejo IGGY deje de ser pirotécnico artista de todos los tiempos.