
(Curiosidades Locales – Avellaneda) En Avellaneda (Buenos Aires), existe un predio conocido como el “cementerio de los impuros”, adyacente al Cementerio Israelita de Avellaneda. Se trata de una fracción del terreno en la cual fueron sepultados proxenetas (“rufianes”) y sus familias, mientras que muchas víctimas de la red de prostitución Zwi Migdal no cuentan con lápidas ni reconocimiento oficial de su ubicación. Esta fracción ha sido reconocida por algunos como un sitio de memoria que aún presenta signos de abandono y deterioro.

Antecedentes de la Zwi Migdal:
Origen y estructura:
A comienzos del siglo XX, mujeres jóvenes y pobres, muchas de ellas de origen polaco y judías perseguidas en los pogromos, fueron reclutadas bajo falsas promesas y llevadas a la Argentina, donde eran explotadas en prostíbulos y casas de citas.
La organización que lideraba este tráfico de personas operaba bajo distintos nombres (uno de ellos Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia), y luego tomó la denominación Zwi Migdal.
- Legitimidad aparente y complicidades:
La red tenía personería jurídica, operaba legalmente al menos al principio, y contaba con vínculos con autoridades, corrientes de poder local, policías, funcionarios municipales y judiciales.
También participó en la compra de inmuebles, en financiamiento de burdeles, pagos de sobornos, provisión de servicios para los prostíbulos, etc.

Raquel Liberman: denuncia y acción judicial
- Perfil: Raquel Liberman —nacida como Rokhl Lea Liberman— emigró a Argentina proveniente de Polonia, viuda, con hijos, y en condiciones de gran vulnerabilidad. Fue obligada, engañada o presiónada para ejercer la prostitución.
- Denuncia: Tras varios años, Liberman escapó de la red Zwi Migdal, recolectó pruebas y denunció ante las autoridades argentinas. Su lucha contribuyó directamente al desmantelamiento legal de la organización.

La placa de Raquel Liberman
La Justicia dictó órdenes de captura, prisiones preventivas, y el gobierno argentino dejó sin personería legal a la red. Posteriormente, se sancionaron leyes que prohibieron la prostitución legal.
El cementerio fantasma de Avellaneda
- Ubicación y naturaleza:
El terreno pertenece al Cementerio Israelita de Avellaneda, más específicamente la fracción 15, llamada “el cementerio de los impuros”, separada por una valla del resto del camposanto.
Fue adquirido por la red Zwi Migdal (y grupos asociados, como la Varsovia) para enterrar allí a los proxenetas y sus familias, excluyendo a las víctimas. - Estado actual:
El predio se encuentra descuidado en buena parte: malezas, deterioro de lápidas, algunas dañadas probablemente de manera deliberada.
En 2015 fue visitado por una artista suiza, Elianna Renner, que buscó reabrir el espacio como memoria histórica; en 2017, el Concejo Deliberante de Avellaneda lo declaró patrimonio histórico. - Ausencia de memoria oficial para las víctimas:
Muchas de las mujeres explotadas por la red Zwi Migdal no tienen sepultura identificable, ni nombre en registros concretos dentro del predio. No existe —hasta donde se sabe— memorial específico para ellas dentro del cementerio.
Relevancia social e implicancias
- Memoria histórica: El sitio constituye un testimonio físico de la trata de personas, del abuso y la explotación sistemática de mujeres migrantes en condiciones extremas, así como de las complicidades institucionales.
- Derechos humanos: Señala la necesidad de reconocer a las víctimas, no sólo legalmente sino simbólicamente, y de reparar la pérdida de dignidad y anonimato forzado.
- Cultural/religiosa: Genera debates en la comunidad judía local y en organizaciones de derechos humanos sobre cómo se recuerda este capítulo oscuro, cómo se preserva el patrimonio y cómo se integra al relato histórico nacional.
Estado de conservación, desafíos y propuestas
- Conservación: Hay placas en hebreo, algunas en buen estado, otras deterioradas; existieron daños deliberados.
- Infraestructura: El terreno no se mantiene en condiciones completas de limpieza y seguridad.
- Registros/documentación: Faltan registros precisos de la identidad de muchas mujeres víctimas; los archivos de la Zwi Migdal existen, pero no siempre han permitido confirmar de forma oficial quienes están sepultados allí.

- Propuestas:
- Transformar el predio en un sitio de memoria con señalización clara, monumentos, placas con nombres (cuando se conozcan) o al menos reconocimiento simbólico de las víctimas.
- Involucramiento institucional: Municipios, organizaciones de derechos humanos, comunidades afectadas, para la preservación y difusión de la historia.
- Investigación continuada: archivos judiciales, comunitarios e internacionales para hallar más datos sobre la identidad de las víctimas.
- Educación pública para que este episodio forme parte de la memoria colectiva nacional, entendiendo su conexión con la inmigración, la trata, los prejuicios y la complicidad social.
El “cementerio fantasma” de Avellaneda —fracción 15 del Cementerio Israelita— es un símbolo tangible de una historia marcada por la explotación humana, la impunidad, la indiferencia y el olvido. Aunque ha sido declarado patrimonio histórico y hay esfuerzos de recuperación, persisten vacíos: muchas víctimas siguen sin nombre, sin lápida, sin memorial. La preservación de ese espacio y la reivindicación de la memoria de los perjudicados son retos pendientes que involucran responsabilidad estatal, comunitaria y social.