Ciudad del Vaticano, 21 de abril – El Papa Francisco, máximo líder de la Iglesia Católica y figura clave de su apertura en el siglo XXI, falleció este lunes a los 88 años. Su deceso ocurrió un día después de haber ofrecido la tradicional bendición pascual desde la Plaza de San Pedro.

El anuncio oficial fue realizado por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano: “A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”.
Un pontificado marcado por hitos:
Jorge Mario Bergoglio, primer Papa proveniente del continente americano y del hemisferio sur (Argentina), accedió al papado en marzo de 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI. Fue el primer pontífice jesuita, el primero en adoptar el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, y el primero en asistir a una cumbre del G7. También fue pionero en visitas a territorios previamente inexplorados por la diplomacia papal, como Irak.
Durante su mandato, se distinguió por promover una Iglesia más dialogante y empática, abriendo espacios de debate sobre temas sensibles como la sexualidad, el celibato sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia. Su liderazgo coincidió con una profunda crisis de confianza, exacerbada por los escándalos de abuso sexual, frente a la cual buscó implementar medidas de transparencia y rendición de cuentas.

Papa Francisco (Vista de la Plaza San Pedro)
Perfil biográfico:
Francisco nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, en el seno de una familia de origen italiano. Fue ordenado sacerdote jesuita en 1969, tras una epifanía vocacional vivida a los 16 años. Su formación incluyó estudios en química y teología. A los 36 años, fue nombrado provincial de los jesuitas en Argentina, durante un periodo marcado por la represión militar y la llamada “Guerra Sucia”.
Posteriormente, enfrentó críticas por su accionar en ese contexto, aunque él declaró haber intervenido en privado en favor de sacerdotes detenidos. Entre 1980 y 1992, atravesó un periodo de introspección en Córdoba, al margen de cargos eclesiásticos de alto perfil.
Su ascenso definitivo comenzó con su designación como arzobispo de Buenos Aires en 1998 y, en 2001, como cardenal. Desde allí, impulsó una pastoral de cercanía con los pobres y una liturgia sencilla.
Cambios y reformas en la Santa Sede:
Tras su elección en 2013, Francisco impulsó reformas estructurales en la Curia Romana, incluyendo una auditoría al Instituto para las Obras de Religión (Banco Vaticano). También se pronunció con firmeza en temas de geopolítica global: condenó la invasión rusa a Ucrania y los ataques en la Franja de Gaza, y abogó por una cultura de paz ante la amenaza nuclear.
A nivel doctrinal, introdujo una postura más comprensiva hacia personas LGBT+, sin modificar la doctrina oficial. Autorizó la bendición de parejas del mismo sexo (2023) y facilitó los procesos de nulidad matrimonial. En su exhortación Amoris Laetitia (2016), propuso una Iglesia más acogedora con los fieles en situaciones familiares no tradicionales.

En cuanto a la participación de las mujeres en la Iglesia, nombró a la primera laica en un alto cargo del Vaticano y creó comisiones para estudiar la ordenación de diaconisas, sin modificar la posición sobre el sacerdocio exclusivamente masculino.
Gestión de crisis y pandemia:
Durante la pandemia de COVID-19, el Papa Francisco se convirtió en símbolo de esperanza global. La imagen del pontífice bendiciendo al mundo desde una Plaza de San Pedro vacía (marzo de 2020) quedó grabada como uno de los gestos más significativos de su pontificado.
Enfrentamiento del abuso clerical:
El Papa Francisco enfrentó críticas por la respuesta institucional a los casos de abuso sexual dentro del clero. Si bien promovió reuniones con víctimas, endureció sanciones y creó estructuras para investigar delitos, sectores dentro y fuera de la Iglesia consideraron insuficientes sus medidas.

